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viernes, 23 de septiembre de 2011

Remolacha para prevenir la anemia



La nutricionista nos hace un análisis del valor nutricional de la receta de Karlos Arguiñano Ensalada de remolacha y queso con pesto de pistachos.

Esta ensalada nos aporta energía para hacer frente a la astenia primaveral gracias a la presencia de frutos secos y semillas.

La remolacha:

La remolacha es una de las hortalizas más ricas en azúcar pero no se debe eliminar de ningún tipo de dieta, ni siquiera de la dieta del diabético, ya que también es una buena fuente de fibra reguladora entre otras cosas, de la glucosa en sangre.

Siempre os comento el interés de las hortalizas por su contenido en vitaminas A, C y folatos. La remolacha es pobre en las dos primeras y sólo es de interés su contenido en ácido fólico, que potencia nuestras defensas y nos ayuda a prevenir la anemia, además de favorecer el desarrollo del sistema nervioso en el feto.

Como todas las hortalizas, es rica en potasio, favoreciendo la eliminación de líquidos.

Judías verdes:

En la ensalada de hoy tenemos otras hortalizas, las judías verdes, que tampoco hay que eliminarlas de ninguna dieta, siendo una verdura muy interesante en dietas adelgazantes por su contenido nutricional y su aporte de fibra saciante, que ayuda a regular el comportamiento alimentario.

Las judías verdes son ricas en vitamina C y betacaroteno o provitamina A, además de folatos.

Así entenderéis que cuanta más variedad de verduras haya en nuestras ensaladas, mayor será el aporte vitamínico, ya que la vitamina A y C escasean en la remolacha pero están presentes en las judías verdes.

Las vitaminas A y C son de efecto antioxidante, por lo que mejoran nuestras defensas y nos ayudan a prevenir el envejecimiento y las enfermedades degenerativas.

Las judías verdes son una de las verduras más pobres en sodio, siendo muy aconsejables en personas hipertensas y con retención de líquidos. Además, contienen compuestos fenólicos que junto a las vitaminas antioxidantes, protegen nuestra salud cardiovascular.

Aceite de oliva:

El aceite de oliva debe ser un alimento de consumo diario por su aporte en grasas esenciales que forman parte de nuestras células, regulan los niveles de colesterol y nos aportan vitamina E de efecto antioxidante y fitosteroles que arrastran el colesterol y nos previenen del cáncer.

Pero deberemos controlar la cantidad de aceite que utilizamos para aderezar nuestras ensaladas, ya que puede incrementar excesivamente el aporte calórico del plato si lo consumimos en exceso.

El queso:

El queso aporta a la ensalada de hoy proteínas de calidad. Las proteínas son todas las enzimas que intervienen en todas las reacciones químicas del organismo, muchas hormonas, también los anticuerpos que forman parte de nuestras defensas. Es decir, las proteínas son las encargadas de reponer todas las células que se dañan durante el día.

Además, el queso nos aporta calcio fácilmente asimilable. El calcio regula los latidos cardíacos, nos ayuda a mantener el tono muscular y controla la irritabilidad nerviosa, además de ser el componente principal de nuestros huesos y dientes. Por eso es importante la presencia de lácteos en la dieta.

Costrones de pasta brisa:

Los costrones de pasta brisa representan al cereal que debe estar presente en todas las comidas por su contenido en hidratos de carbono y proteínas. ?stas se complementan con las proteínas del queso, mejorando así su valor nutricional.

Semillas de sésamo:

Las semillas de sésamo que acompañan a los costrones nos ayudan a evitar el estreñimiento por la presencia de fibra y a regular los niveles de colesterol por la naturaleza de su fibra y la presencia de grasas insaturadas. Por lo tanto, es una buena costumbre utilizar semillas en nuestra cocina para mejorar nuestra salud.

Pistachos:

Los pistachos se encuentran dentro de los frutos secos que deben estar presentes en nuestra dieta 4 veces a la semana, ya que nos ayudan a prevenir la enfermedades cardiovasculares, regulan el tránsito intestinal y actúan como antioxidantes.

Nuestra dieta es pobre en frutos secos por su alto contenido calórico, pero siempre que respetemos una ración moderada (25 a 30 gramos), se convierten en un alimento esencial en una dieta equilibrada.

Además, los frutos secos son ricos en magnesio y fósforo, muy indicados en adolescentes y jóvenes estudiantes.

Los frutos secos también nos aportan vitamina E, vitamina de la longevidad, de manera que nos ayudan a mantenernos jóvenes.

EL MENÚ DE LA NUTRICIONISTA

Comida:

Ensalada de remolacha y queso con pesto de pistachos
Pan
Macedonia de frutas

Cena:

Arroz meloso de pescado
Pan
Fruta
Leche

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