Ingredientes: 4 personas. 45 minutos. 350 calorías
4 tomates grandes
1 cebolla
2 cucharadas de aceite
4 cucharadas de vinagre balsámico
hojas de rúcula
1/2 ramillete de albahaca
200gr. de queso azul
Vinagreta:
4 cucharadas de aceite de oliva
1 1/2 cucharadas de vinagre de vino blanco
sal
pimienta
1 cucharada de azúcar
La cebolla frita lentamente hasta que se caramelice es un buen componente de las ensaladas, e incluso de los bocadillos, porque pierde esa potencia bravia que repite y, sin embargo, proporciona sabor y textura. Los tomates del verano se deben pelar, ya que hoy se buscan especies de piel gruesa para que no se estropeen en el transporte.
1.-Calentar el aceite en una sartén y freír la cebolla cortada en rodajas a fuego suave durante 10-15 minutos, hasta que esté caramelizada. Añadir el vinagre balsámico y reducirlo durante unos 8 minutos moviendo con frecuencia. Dejar enfriar.
2.-Vinagreta: Disolver el azúcar, la pimienta y la sal en el vinagre y emulsionar con el aceite. Mezclar 2 cucharaditas del aliño con la cebolla confitada. Lavar y centrifugar las hojas de rúcula y albahaca, mezclarlas en un bol y aliñarlas con la vinagreta.
3.-Escaldar y pelar los tomates, cortarlos en rodajas gruesas y ponerlas en el plato, sazonarlos con sal en escamas. Cubrir cada tomate con unos trocitos de queso azul, anillos de cebolla caramelizada y las hojas de rúcula y albahaca aliñadas.
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